¿Cuáles son las estrategias?
Dado que al validar un razonamiento se conoce su conclusión, el planteamiento dirigido por la conclusión suele ser el más efectivo. Sin embargo, cuando se llega a una situación de “punto muerto”, dejarse dirigir por las premisas con el objetivo de descubrir posibilidades desconocidas puede ser una forma razonable de proseguir.
Dirigida por las premisas
centrada en la idea de obtener de las premisas todo aquello que sea posible para poderlo utilizar en el futuro, si es necesario.
Este planteamiento, aplicado de forma indiscriminada, puede comportar más trabajo del estrictamente necesario.
Casos:
-
Si en las premisas aparecen implicaciones: puede ser interesante preguntarse si la obtención de alguno de los consecuentes proporcionará algún enunciado útil. Dado que para obtener los consecuentes de las implicaciones hay que tener sus antecedentes (y aplicar la Regla de eliminación de la implicación), será necesario ver si se dispone de estos antecedentes, o si es posible obtenerlos.
-
Si en las premisas aparecen conjunciones: puede ser interesante preguntarse si la aplicación de la Regla de eliminación de la conjunción proporcionará algún enunciado útil.
-
Si en las premisas aparecen disyunciones: puede ser interesante preguntarse si la aplicación de la Regla de eliminación de la disyunción o prueba por casos puede ser útil. En este caso se puede plantear toda la demostración –o la parte que convenga– como una prueba por casos.

De hecho, no es necesario que cada subdeducción acabe con el enunciado C (la conclusión). También puede pasar que las dos acaben con cualquier otro enunciado que permita obtener C. Lo que sí que debe pasar es que las dos subdeducciones finalicen con el mismo enunciado porque, de otro modo, la Regla de eliminación de la disyunción o prueba por casos no sería aplicable.