¿Cómo es esto?

Para ciertas aplicaciones, como la programación de sistemas (sistemas operativos, utilidades de bajo nivel), es crítico tener control sobre la memoria, lo que favorece lenguajes como C, C++ y, más recientemente, Rust. Sin embargo, para una vasta cantidad de dominios, el rendimiento absoluto no es el factor decisivo. Python, por ejemplo, es un lenguaje “perfectamente aceptable” para servidores de backend, incluso si no es el más rápido, porque el rendimiento suele estar limitado por factores externos como la red o la base de datos.